¿Pero me trajiste cerveza?
Bueno amigos, aquí estamos otra vez. Un día como hoy hace dos años...
Era una mañana soleada de un día lectivo. Joder!, casi daba pereza ir a por las litronas al super. Pero claro, como íbamos a pasar un día sin cerveza. Además, con los porros se te reseca mucho la garganta. Lo que hicimos fue hecharlo echarlo (por si acaso lo escribo dos veces) a suertes a ver quien bajaba. Como de costumbre me tocó a mí.
Me puse las gafas de sol y salí a la calle. Parecía que salía de un zulo. Normal, no había salido de casa en toda la semana. Bueno ya teníamos aprovisionamiento de birra para un par de horas al menos. Y que conste, no bebemos porque somos borrachos, bebemos porque tenemos sed.
La tarde fue pasando y el piso de gente se fue llenando. Joder un pareado, bueno el caso es que se nos fueron agotando las cervezas. La fiesta estaba montada y una fiesta sin alcohol no es una buena fiesta. Entonces llamamos al compañero de piso que estaba en la calle para que nos trajera provisiones, cerveza básicamente y una bolsa de patatas para compensar el hambre que dan los porros.
Teníamos de todo: porros, música a tope, un ordenador para jugar, y una charla amena. Al rato llega el compañero de piso y dice (diálogo con otro integrante del piso):
- (suena el timbre) ¿Quién es?
- (voz de incentidumbre) Abre que soy yo joder.
- Contraseña:
- Tu puta madre en bicicleta. Abre hijo de puta.
Entonces abre la puerta y el otro entra escopetado y dice:
- Me acabo de encontrar con el vecino y me dijo que estábais dando muchas voces y había llamado a la policía. La que se nos viene encima...
Hubo un momento de silencio y tras unos segundos de incentidumbre sin saber que decir nadie pensé que esa era la mía y dije:
- Bueno, ¿Pero me trajiste cerveza?
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